sábado, 19 de abril de 2008

Dividió al PRD la abundancia de ambición desmedida, asegura Pepe Alcaraz

* “No aprendimos la lección de 2006”
* Sólo unidos, a pesar de los celos y recelos, podemos vencer a la derecha”

Opción de Veracruz Virtual
México, D. F.,

Pepe Alcaraz, promotor de la Marcha por la Unidad del PRD, expresó que México requiere acuerdos políticos, pero de todas las partes falta sensibilidad, compromiso y amor; en cambio, en esas mismas partes, sobre todo en el instituto político en el que milita, “hoy abunda la soberbia, la intransigencia, la intolerancia, la ambición desmedida” que tiene al partido al borde de la ruptura.
“¿Quién tuvo la genial idea que divididos podemos ganar la oportunidad de transformar a México? ¿Qué mente brillante planeó el desastre del partido como punto de partida para ganar la batalla por el poder político? ¿Nos daremos cuenta que nuestra división y acaso nuestra derrota como partido de izquierda le facilita a la derecha, los adversarios de toda la historia, su consolidación?”.
En el blog donde fue publicada la historia de la Marcha por la Unidad durante 30 días por el sureste mexicano y los 15 de su reciente huelga de hambre por la Reconciliación del PRD, Pepe Alcaraz se pregunta: “¿No aprendimos la lección del 2006 que sólo unidos podremos vencer a una derecha voraz que se adueña del país en detrimento de los más humildes? Pareciera que en los hechos sólo somos muñecos del teatro guiñol de las grandes trasnacionales que decimos combatir porque es a ellas a quienes beneficia, aunque de manera temporal, la ruptura del mayor partido de izquierda del país”.
El militante afirma en el blog (www.marchaporlaunidad.blogspot.com) que “por ello, otra vez digo, la UNIDAD del PRD forma parte de la unidad del país. Por eso creo en la unidad y que el partido puede transformarse, creo en su recuperación y en sus posibilidades de alcanzar las metas que le harán trascender”.
En el mensaje político de su escrito llamado “Sueño con un país unido”, uno de los casi 30 que realizó desde el inicio de la Marcha por la Unidad el 10 de febrero, expresa que “el hombre se transforma cuando hay voluntad, cuando hay coraje, corazón, ideales, convicciones, principios, valores, cuando hay hambre de un cambio”.
Por esto mismo reta a que “¿Quién es capaz de afirmar que una institución no es capaz de transformarse para adecuarse a los retos y desafíos del México actual?” y ejemplifica algunos de los muchos cambios habidos, incluso entre militantes del propio partido.
”Así está escrita la historia de la Nación, así está escrita la historia del PRD. Unos eran guerrilleros, hoy son congresistas, todos eran honestos, hoy muchos son corruptos; unos eran de otro partido, hoy son los máximos dirigentes; unos eran comunistas, maoístas, troskistas, hoy son los moderados que han entendido que las acciones radicales sólo sirven de pretexto para consolidar posiciones opuestas, particularmente porque la sociedad rechaza ese método de lucha”.
Por esto mismo, Pepe Alcaraz afirmó: “En el PRD tenemos que encontrar la brújula porque no hemos entendido el camino que nos marcan las estrellas”.
Y reiteró lo que pocos han logrado entender: “El 2006 fue una demostración de lo que se puede alcanzar con la unidad. Con el mejor candidato tuvimos un tercio de los votantes en el país, la segunda fuerza política en el congreso, la segunda fuerza electoral nacional. Cierto es que hubo diferencias entre las redes ciudadanas y el partido, pero se impuso la disposición y voluntad política de participar juntos, después… vino el desastre que conocemos…”
Y reclama, sobre todo a los dirigentes: “los mexicanos estuvieron unos días, hasta el 6 de septiembre, fecha en que el TRIFE confirmó el resultado adoptado por el IFE, con el alma en un hilo, pendientes y listos para levantarse a defender la conquista que sabían robada. Quedó claro que nadie de los listos estaban listos para esos menesteres y en lugar de pelear con todo y a fondo, nos sentamos a esperar, echando panza confiados en que cambiaran unos resultados que ya se habían dictado adversos”.
Les espeta: “Una lección nos queda en claro. La falta de grandeza en el corazón de quienes debieron tenerlo enorme para asumir con toda humildad y dignidad la adversidad o bien para defender el triunfo con el último aliento de la vida. Pero no hicimos ni lo uno ni lo otro”.Finalmente, recuerda que “alcanzamos el nivel político que alcanzamos porque caminamos por el mismo camino. Entonces había celos y recelos pero no odio y caminamos juntos, diría que unidos. Unidos pudimos, ¿divididos podremos?”.