viernes, 28 de diciembre de 2007

Las finanzas estatales, débiles y vulnerables

Los gobiernos estatales y municipales en México tienen potestades tributarias débiles y una alta dependencia de los recursos federales, por lo que su capacidad para enfrentar presiones externas es limitada, advierte Standard & Poor’s. De acuerdo a un estudio presentado por la calificadora, las administraciones locales en el país ocupan los últimos lugares del comparativo internacional.

Felipe Morales/ El Economista

Los gobiernos locales en México tienen una capacidad fiscal limitada y débiles potestades tributarias, lo que les da uno de los menores márgenes de maniobra del mundo para enfrentar presiones externas, revela un estudio de Standard & Poor’s.
Al presentar el “Índice de flexibilidad fiscal para gobiernos locales y regionales en el mundo”, la calificadora advierte que aunque la reforma fiscal aprobada por el Congreso de la Unión traerá un beneficio importante para muchas entidades federativas, en lo que se refiere a la distribución de los ingresos, no representa un cambio estructural en materia de facultades tributarias locales.
“La capacidad legal de fijar impuestos y modificar las tasas tributarias, además de modificar la base fiscal, es la condición más importante para obtener una alta flexibilidad en los ingresos y conlleva a altas calificaciones para los gobiernos locales y regionales en países con una base fiscal rica”, destaca la firma.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, la dependencia que tienen los estados y municipios hacia los recursos que recauda la federación es tal que sólo 8 centavos de cada peso que gastan los generan con fuentes de recursos propias.
La flexibilidad fiscal medida por Standard & Poor’s representa la capacidad que tiene un gobierno para ajustar sus ingresos y gastos para responder ante un desafío externo, como la reducción de los ingresos federales por desaceleración económica, la necesidad de financiar proyectos de inversión más caros o la posibilidad de recortar sus erogaciones administrativas.
Y de acuerdo con esta medición, las administraciones locales en México están muy limitadas para hacer frente a los imprevistos.
En el caso del gasto, destaca la firma, las estructuras de las erogaciones estatales son inflexibles, ya que más de 80% de éstas corresponde a compromisos operativos, como el pago de la nómina y subsidios a organismos descentralizados, los cuales son difíciles de recortar en caso de “estrés financiero”.
Como resultado de esta tendencia, advierte, el gasto de inversión no representa una proporción significativa en los destinos de los recursos del conjunto de las administraciones estatales en México respecto de lo que se observa en los gobiernos locales de otros países.
En suma, la calificación general de las entidades federativas en México, que abarca flexibilidad en ingresos, gasto y capacidad financiera, es de 0.72 puntos, por lo que éstas ocupan el último lugar de la tabla del comparativo internacional y contrastan con las evaluaciones superiores a 2 puntos que tienen los gobiernos locales de Nueva Zelanda, los cantones suizos y los municipios suecos.
En tanto, para los gobiernos municipales en nuestro país la situación es menos crítica y la calificación sube a 0.96 puntos, ya que a decir de los analistas de la calificadora, en algunos casos los ayuntamientos tienen una mayor capacidad para ajustar sus ingresos y flexibilidad en el gasto, porque los grandes proyectos por lo general son financiados por las administraciones estatal o federal.
El estudio hace un comparativo sobre la situación de flexibilidad en los diferentes niveles de gobierno de Australia, Bulgaria, Canadá, Francia, Alemania, Italia, México, Nueva Zelanda, Rusia, España, Suecia, y Suiza.