jueves, 2 de octubre de 2008

Pronunciamiento de Jóvenes Católicas sobre despenalización del Aborto

Opción de Veracruz Virtual
Xalapa, Veracruz

María 18 años: “hasta este momento es la decisión más importante que he tomado…el que no me cuestionaran nada acerca de mi decisión, me dio mayor confianza para continuar con el proceso pues sabía que mis decisiones son importantes…después de la intervención me sentí muy liberada y con mi conciencia tranquila, todas mis preocupaciones, miedos, angustias habían quedado en el pasado. Soy una mujer muy afortunada por contar con espacios que garanticen mi salud y respeten mi mis decisiones, pues son tomadas en libertad de conciencia.

Las jóvenes y los jóvenes que integramos la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir (RNCJDD), ofrecemos nuestra palabra en el marco del 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe.
El aborto inseguro en América Latina y el Caribe es una práctica que continúa poniendo en riesgo la vida de las mujeres debido a sus restricciones legales. Se encuentra penado por las leyes de casi todos los países, con excepción de Cuba, algunas naciones del Caribe como Guyana y Puerto Rico y desde hace más de un año en la Ciudad de México.
Está penalizado totalmente en Chile, El Salvador y Nicaragua; y en los países donde está permitido bajo ciertas causales, las mujeres que quieren ejercer este derecho enfrentan múltiples obstáculos como vacíos en las legislaciones, falta de reglamentación, insensibilidad de funcionarios/as públicos/as y del personal médico así como la sanción social y moral provocadas por el estigma y la discriminación de una sociedad deshumanizada ante la decisión de las mujeres que enfrentan este difícil dilema.
A estas restricciones hay que sumarle el poder cultural y político que ejerce la jerarquía católica sobre los gobiernos para que estos no tengan avances en materia de aborto y en el peor de los casos se den retrocesos, tal como sucedió en Nicaragua donde el aborto por razones terapéuticas estuvo permitido mas de 100 años y ahora se encuentra severamente penalizado para las mujeres nicaragüenses.
Ante esta compleja realidad, como jóvenes nos preocupa que aún miles de mujeres se sigan enfrentando al dilema de interrumpir un embarazo en condiciones clandestinas e inseguras, con el temor de ser detenidas y expuestas a las valoraciones de la sociedad que cuestionan sus decisiones y autonomía ante el ejercicio de sus derechos. Tan sólo en nuestro país el aborto inseguro es la quinta causa de muerte materna en todo el territorio nacional.
Frente a esta problemática es importante resaltar que este 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe tiene un significado diferente para las mujeres de la Ciudad de México y de América Latina y el Caribe por el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el pasado 28 de agosto, reconoce la constitucionalidad de las reformas que hacen posible la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en el Distrito Federal hasta las doce semanas de gestación. La máxima autoridad en materia constitucional se pronunció a favor de los derechos humanos de las mujeres, su derecho a decidir, a la autonomía, a la dignidad, a la libertad, y a la salud. La decisión de la Corte consolida el Estado laico y democrático, al fundamentarse en argumentos jurídicos y no en creencias religiosas o de índole moral.
El resolutivo de la SCJN sobre la constitucionalidad de la ILE refrenda su compromiso con la vida de las mujeres jóvenes de la Ciudad de México y del país. Reconoce su autoridad moral para tomar decisiones libres y responsables ante el dilema ético del aborto y permite que ejerzan su libertad de conciencia con dignidad, equidad y autodeterminación en esta decisión de suma trascendencia para el ejercicio de sus derechos reproductivos.
Como juventud católica, vemos con beneplácito este fallo histórico, pues la conmemoración de este día tiene un significado diferente para las mujeres de la Ciudad de México y se convierte en un referente para América Latina y el Caribe, para nosotras y nosotros, es el inicio de la esperanza que es posible legislar en beneficio de las mujeres en nuestros estados.
Como juventud católica hacemos un reconocimiento a los diversos actores sociales y a las autoridades del gobierno del Distrito Federal que hicieron posible estas reformas y mostraron con firmeza su postura ética a favor de su constitucionalidad. Brindamos un reconocimiento especial, a todas las mujeres que han luchado por la defensa del derecho a decidir, pues gracias a su trabajo incansable y congruente con la vida de miles de mujeres, hoy podemos hablar de este logro en la Ciudad de México y al cual nos sumamos como juventud católica por el derecho a decidir.
De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, al 15 de agosto del 2008, 12,262 mujeres han interrumpido su embarazo y lo han decidido, poniendo en consideración muchos factores. Sabemos que las mujeres que se han visto en la necesidad de practicarse un aborto no lo hacen con alegría en sus corazones, lo hacen en medio de sentimientos encontrados, pero siempre para evitar un mal mayor. Aunque ésta sea una decisión difícil y contraria al pensamiento de otras personas, practicar un aborto en condiciones seguras trae bienestar para la vida y salud de las mujeres.
Finalmente como jóvenes comprometidos con la justicia social, la defensa del Estado laico y de los derechos humanos, específicamente de los derechos sexuales y derechos reproductivos, esta decisión histórica también nos impulsa a trabajar en materia de aborto en nuestro estado, por ello exhortamos a nuestro congreso local a:
Reformar sus legislaciones en materia de aborto y homologarlas al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)..
Elaborar reglamentos que hagan accesible la Interrupción Legal del Embarazo en los casos permitidos por la ley.
Instrumentar las recomendaciones que en materia de aborto han emitido diversos organismos internacionales.
Convocamos a la Jerarquía Católica a un diálogo tolerante, sereno, respetuoso de la ley, del Estado laico y de los derechos humanos de las mujeres. Pedimos de nuestra Iglesia la cordura, la conciliación y la congruencia que inspira el Evangelio de Jesús.
LAS MUJERES DECIDEN, LA SOCIEDAD RESPETA, EL ESTADO GARANTIZA Y LA JERARQUÍA CATÓLICA NO INTERVIENE