Xalapa, Ver.
Indignado por la muerte de su esposa, a quien supuestamente sometieron a una cirugía sin su consentimiento en la clínica del IMSS de Plan de Arroyos, del municipio de Atzalan, el campesino Ignacio López Montalvo acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para quejarse de esta situación y exigir castigo a quienes resulten responsables.
El quejoso, vecino del poblado Ahuatepec, del municipio de Atzalan, detalló que su esposa ingresó el pasado 24 de mayo a las 14:00 horas a la clínica para dar a luz a su cuarto hijo y donde los galenos y al parecer un pasante se empeñaron en operarla para que ya no tuviera más hijos.
Aseguró que ella y él se negaron a este método definitivo de planificación familiar y que a pesar de su decisión los galenos se empeñaron en realizar la cirugía.
Abundó que su bebé nació a las 23:00 horas de ese mismo día y que no le permitieron ver a su esposa ni a su bebé porque le aseguraron que se encontraba en un área restringida y que al siguiente podría verlos sin dificultades porque tanto el recién nacido como su mujer se encontraban en perfecto estado de salud.
Sin embargo, a las 15:00 horas del 25 de mayo el campesino solicitó ver a su esposa y su bebé, pero tampoco le permitieron porque en esa ocasión le dijeron que su mujer se encontraba grave de salud por la operación a la que había sido sometida para no tener más hijos.
Ignacio López Montalvo exigió una explicación, pues recalcó que su esposa y él nunca dieron su consentimiento para la cirugía.
Desesperado buscó la manera de entrar a ver a su esposa sin éxito, pues afirmó que los directivos de la clínica y la trabajadora social estaban ausentes.
Al paso de 20 minutos el personal de la clínica le notificó la muerte de su esposa y aunque a la fecha no le han explicado la causa no descarta que a los médicos o al pasante se les pasó la anestesia.
Acusó que el caso fue del conocimiento del gerente de la Delegación Norte del IMSS Hugo Navarrete, quien según le ofreció un empleo temporal en la Sedesol y apoyo para sus hijos para que no hiciera público el caso.
Sin embargo, se negó a aceptar la oferta al advertir que los beneficios eran temporales y que la muerte de su esposa, quien dejó a cuatro pequeños, uno de 12 años, otro de 6, uno de 3 y un recién nacido, no tiene precio.
Finalmente, el quejoso decidió acercarse a la CEDH para quejarse de lo sucedido y pedir el apoyo necesario para llevar el caso hasta las últimas consecuencias.
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