jueves, 22 de octubre de 2015

Imparable caza ilegal de primates en la zona de Los Tuxtlas

Ángel García
Xalapa, Veracruz


La caza ilegal de animales en peligro de extinción y de changos y monos se mantiene como una práctica constante en la región de Los Tuxtlas que atenta diariamente contra las diversas especies que finalmente son comercializadas en al menos 5 mil pesos por ejemplar, dijeron los investigadores del Instituto de Ecología (Inecol), Juan Carlos Serio y Francisca Vidal.
En conferencia de prensa, detallaron que las especies que más sufren por esta actividad son las de los primates, quienes son atrapados y comercializados con una mayor facilidad para finalmente terminar como mascotas. La tala ilegal y la expansión territorial también impactan negativamente.
Señalaron que la caza furtiva degrada constantemente a los programas y a las acciones que se llevan a cabo de manera institucional con el afán de poner a salvo a la flora y fauna.
También anunciaron la segunda edición del evento “Changos y Monos: Tesoro de Los Tuxtlas”, que se llevará a cabo del 23 al 25 de octubre en el parque central del municipio de Catemaco con talleres y una infinidad de actividades informativas y culturales para toda la familia.
Manifestaron que las autoridades federales llevan a cabo un gran esfuerzo para preservar estas especies, lo que obliga a tomar medidas más enérgicas en contra de quienes atenten o trafiquen contra las especies protegidas.
Además, destacaron la importancia de difundir la grandeza y la necesidad de preservar los recursos naturales a sostener que forman parte de los ecosistemas y del equilibrio del medio ambiente y de la naturaleza.
Detallaron que entre las especies más afectadas por la caza furtiva se encuentran los monos, los changos y las guacamayas rojas en la región de Los Tuxtlas, pues dijeron que los cazadores las procuran para venderlas como mascotas, a pesar de estar conscientes del daño que ocasionan con el simple hecho de sacarlas de su entorno.
Manifestaron que difícilmente se puede saber cuántos ejemplares quedan en la selva al explicar que las poblaciones fluctúan y se desplazan constantemente, sin embargo, advirtió que la cacería ilegal contribuye mucho en su disminución.
Además, sostuvieron que la tala de árboles y la expansión territorial acaban paulatinamente con su hábitat, al grado de dejarlos rezagados en pequeños tramos de selva.
Por último, señalaron que las diversas especies aún pueden estar seguras en la sierra de Santa Marta, en el Volcán de San Martín Pajapan y en San Martín Tuxtla, mientras que la cacería se lleva a cabo de manera descontrolada en gran parte de Los Tuxtlas, donde los responsables actúan sin tomar en cuenta el peligro de la extinción.

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