lunes, 21 de marzo de 2016

Mujeres totonacas dan vida a sus sueños a través del barro

Ángel García
Papantla, Veracruz

La creación de figuras de barro es un arte muy arraigado en la cultura Totonaca. La creación de utensilios y figuras impresionantes parece una tarea fácil, pero en realidad demanda de mucha concentración, de sabiduría, de mucha paciencia y, principalmente, del permiso de la Madre Tierra.
Al moldear barro las mujeres totonacas logran acariciar sus sueños y dar vida a sus emociones y sentimientos, lo que ha permitido mantener vigente esta tradición que forma parte de una cultura milenaria.
La Casa de la Alfarería Tradicional Totonaca forma parte del Centro de las Artes Indígenas y es utilizada tres veces por semana, durante todo el año, para que las maestras puedan trasmitir sus conocimientos y sabiduría a un aproximado de 20 alumnos que “trabajan con el corazón”, dijo su coordinadora, Amanda Simbrón.
En el Totonacapan veracruzano el barro es lo más común para la alfarería tradicional y se elige tanto por sus colores, gris, naranja, amarillo, café negro o blanco, como por su textura que debe ser pegajosa para garantizar mejores resultados.
Antes de extraer el barro las mujeres Totonacas pedir permiso a la Madre Tierra, pues según sus creencias y tradiciones para el desarrollo de esta actividad se necesitan de los cuatro elementos que generan vida: aire, agua, tierra y fuego.
Durante décadas la modernidad ha tratado de imponer utensilios de peltre, en lo que se refiere a los artículos para la cocina, sin embargo, la cultura Totonaca se ha mantenido firme a sus raíces y no ha permitido que estos objetos desplacen sus ollas, vasos, cucharas, comales, cazuelas y platos, que han preservado durante generaciones.
Amanda Simbrón sostiene orgullosa ante los visitantes a la Cumbre Tajín que el objetivo de la Casa de la Alfarería Tradicional Totonaca tiene la misión de reforzar los conocimientos ancestrales de los totonacas y garantizar su herencia a las futuras generaciones.
Destacó que los conocimientos en este arte provienen de los abuelos totonacas, quienes siempre enseñaron en pedir permiso a la Madre Tierra para entrar a su casa y obtener los elementos que, en este caso, son fundamentales para la creación de figuras de barro.
Además, según su cultura, cada totonaca nace con una estrella que le define u otorga el don para ser volador, tejedora, panadero o panadera, para hacer pinturas o moldear barro, entre otras actividades que tienen sumamente arraigadas. 
El barro lo obtienen de la sierra del Totonacapan, pero antes de extraerlo es necesario pedir permiso a la tierra y sacar del corazón un hermoso pensamiento que le dedican para que el permiso sea autorizado.



No hay comentarios.: